domingo, 6 de junio de 2010

NI-UN-DIA-MAS.

Llegar a casa y ver la oscuridad del pasillo.
Las habitaciones vacias, con un montón de ropa tirada en el suelo.
Los platos y cubiertos en el fregadero, llenos de agua y con restos de comida. Dan un poco de asco.
Los pelos del suelo blanco del baño me hacen sentir sucio nada mas salir de la ducha.

Solo sale algo de luz del salón, esta la tele puesta con el mute activado y la lampara del fondo encendida.
El ordenador en la mesa y en la mesa restos de mi comida y un gran vaso de agua lleno, siempre lleno, rebosante.
Y la endidura del lado izquierdo del sofa muestra mi sitio.

Miro todas y cada una de mis cuentas en las distintas redes sociales existentes, apoyo la cabeza en mi cojín y le doy volumen a la tele, para no ver ni oir nada.
Para no hacer nada.

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