sábado, 18 de septiembre de 2010

Un dia mas en la vida.

Fin de verano de 2009.
La vida nos habia devuelto en forma de golpes, todas aquellas lagartijas que le arrebatamos al campo en nuestra infancia.
Cercanos a él y sobre lo que quedaba de un pequeño muro de piedras y cemento, nos sentamos a recordar...

Solo quedabamos cuatro, pero que cuatro, estaba Jorge, él se encargaba de atarles el rabo con hilo y esperar a que tiraran y tiraran hasta que lo soltaban. Como ya sabreis cuando una lagartija deja su rabo, este sigue moviendose durante un ratico.
Noemí, mi prima pequeña, tardo tanto en madurar que yo creo que aun no lo ha hecho.
Tambien estaba Conchi, nacio en el pueblo y en el pueblo se quedo...su vida es la que siempre tube en la cabeza como un ejemplo claro de lo que no queria para mi. Con sus veintiun años esta casada y con un hijo entre las manos, por cierto, él es Carlos, otro topico que odio, que el padre y el hijo se llamen igual.
Yo me encargaba de castigar las largas tardes al sol de cualquier animal, con una larga estancia encerrados y la gran mayoria de ellos con pena de muerte incluida. Por eso las peores hostias han sido para mi, dicen que es el karma.

En verdad, no hemos crecido tanto, pero parece que ha pasado una eternidad desde aquellos dias. Es mas, viendoles las caras, podria afirmar que hoy era un dia mas a sumar, con el pequeño cambio de que en nuestras manos ya no estaban esos asquerosos flaxes que nos vendian en la Tienda de Mari. Cambiamos la mierda, por otra mierda aun mayor y que ademas te deja bonitos los pulmones.

...

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