Destrozando la tranquilidad de la luz reflejada en los charcos que pisan mis botas.
Dando patadas a las hojas caducas de los tipicos arboles de ciudad.
Y sin creer en tu talento pero creyendo en ti. me vuelvo a casa con unas copas de mas y unos abrazos de menos.
Sabes que eres el flato que me da cuando hago una carrera, y aunque lo pretenda no puedo evitar las ganas de volver a competir.
Buenas noches.
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