La persiana entrebajada. Lo suficiente para dejar ver las nubes blancas que inundaban el cielo.
La reflexion del sonido ambiente de la calle me aislaba y solo se oia el murmullo procedente de unos cascos que indicaban que mi compañera estaba viendo alguna series subtitulada.
El sofa era mi cobijo y el portatil mi entretenimiento.
Si, era domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario