lunes, 25 de octubre de 2010

La persiana entrebajada. Lo suficiente para dejar ver las nubes blancas que inundaban el cielo.
La reflexion del sonido ambiente de la calle me aislaba y solo se oia el murmullo procedente de unos cascos que indicaban que mi compañera estaba viendo alguna series subtitulada.
El sofa era mi cobijo y el portatil mi entretenimiento.
Si, era domingo.

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