domingo, 13 de marzo de 2011

Volveré a dormir.

El comportamiento humano realmente nos hace cometer actos totalmente incomprensibles a los ojos de lo ajeno aunque su sentido común sea inexistente.
Te acuestas esperando un despertar en la habitación de los sueños perdidos, donde las cortinas ondean al son de las olas del mar y trasportan su brisa hasta tus mejillas coloradas.
Porque si, en ese despertar en una cama de dos por dos, estabas tu en la otra punta de la cama. Aun así te podía tocar con las yemas de mis dedos si sacaba el brazo de esas sabanas blancas tan sumamente suaves.

Me encanta ese aparato que coordina tu estado de animo con una lista de 9032840495 canciones. Solo con abrir los ojos se activa :)

Pero ahora que abro los ojos, la cama de dos metros, y tu, ya no están.
Algo hice mal.

Dos zumos de naranja recién exprimidos, esperaban.

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